EL DIOS QUE YO CONOZCO

24 marzo

Génesis 1:21 Y vio Dios que era bueno

"Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno" (Génesis 1: 21).

La tierra debe haberle parecido deleitable en sumo grado al Creador cuando la contempló al final del quinto día. No sólo había verdeantes colinas, resplandecientes corrientes de agua y lagos azules, sino también seres vivientes que se movían, nadaban y volaban dando a este mundo, por primera vez, la calidad de vida que no había poseído antes. He aquí criaturas que hasta podían cantar alabanzas a su Creador, que revelaban cierta medida de entendimiento al buscar el debido alimento (Mateo 6: 26) y al construir nidos para protegerse (Mateo 8: 20).

Las grandiosas obras de Dios realizadas en los días previos fueron ciertamente admirables, pero la naturaleza recibió su ornamento en el día quinto. Sin la vegetación creada en el tercer día, el mundo habría ofrecido una apariencia muy poco atrayente. Mucho mayor habría sido la falta de atracción y alegría si hubiesen estado ausentes las miríadas de seres vivientes que pueblan la tierra.

Cada uno de esos seres, pequeños o grandes, debiera enseñarnos una lección acerca de la maravillosa maestría del gran Dios, a quien debemos adoración como al autor y preservador de toda forma de vida. Esos seres debieran darnos un saludable respeto por la vida, que no podemos impartir sino que debiéramos proteger cuidadosamente y no destruir.