EL DIOS QUE YO CONOZCO

16 abril

Génesis 2:3 Porque en él reposó

"Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación" (Génesis 2: 3).

Dios no podría haber tenido una razón más excelsa para ordenar que el hombre reposara en el séptimo día que aquella de que al descansar así el hombre pudiera disfrutar de la oportunidad de reflexionar en el amor y bondad de su Creador, y así asemejarse a él.

Así como Dios trabajó durante seis días y descansó en el séptimo, así también el hombre debía trabajar asiduamente durante seis días y descansar en el séptimo.

Este día de reposo semanal es una institución divina dada al hombre por Dios, el Creador, y su observancia es requerida por Dios, el Legislador. Por lo tanto, el hombre que retenga para sí cualquier parte de todo este tiempo santo se hace culpable de desobediencia contra Dios y de robarle como propietario original de las facultades y del tiempo del hombre. Como una institución establecida por Dios, el sábado merece nuestra honra y estimación. Su descuido Dios lo computa como pecado.

El sábado demanda la abstención de todo trabajo físico común y la dedicación de la mente y del corazón a las cosas santas.

Se advirtió a los israelitas que lo usaran para santas convocaciones: "Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo,* santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo* es de Jehová en dondequiera que habitéis" (Levítico 23: 3). Nota al pie de página de la RV-1960: *Aquí equívale a sábado.

Los Evangelios afirman que así fue usado por Cristo y los apóstoles:

"Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer" (Lucas 4: 16 RV-1995).

"Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos" (Hechos 17: 2 RV- 1995).

"Y discutía en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos" (Hechos 18: 4 RV- 1995.)

y que deberían continuar observándolo los cristianos después de que Cristo completara su ministerio terrenal:

"Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado" (Mateo 24: 20).

El hecho de que el sábado continuará siendo celebrado en la tierra nueva como un día de culto ("Y de mes en mes,y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante de mí, dice Jehová" Isaías 66: 23 RV-1995) es una indicación clara de que Dios nunca tuvo el propósito de que su observancia se transfiriera a otro día.

El sábado semanal es el monumento conmemorativo de la creación, que hace recordar al hombre, cada semana, el poder creador de Dios y cuánto le debe a un Creador y Sustentador misericordioso. Un rechazo del sábado, es un rechazo del Creador, y abre de par en par la puerta a toda suerte de teorías falsas.

El sábado es un testimonio perpetuo de la existencia de Dios, y un recuerdo de su grandeza, su sabiduría y su amor.

Si el sábado se hubiera santificado siempre, jamás habría podido haber ateos ni idólatras.