EL DIOS QUE YO CONOZCO

15 abril

Génesis 2:3 Y lo santificó

"Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación" (Génesis 2: 3).

El acto de santificación consistió en una declaración de que el día era santo, o puesto aparte para propósitos santos.

Así como después fue santificado el monte Sinaí: "Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo" (Éxodo 19: 23), o, temporariamente, investido con santidad como la residencia de Dios, y así como Aarón y sus hijos fueron santificados, o consagrados, para el oficio sacerdotal: "Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos, para que sean mis sacerdotes" Éxodo 29: 44), y el año del jubileo fue santificado, o consagrado, para propósitos religiosos: "Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia" (Levitico 25: 10), así también aquí fue santificado el séptimo día y, como tal, fue proclamado como día festivo.

Este acto de bendecir el séptimo día y declararlo santo se hizo en favor de la humanidad para cuyo beneficio fue instituido el sábado.

El día de reposo semanal con frecuencia ha sido considerado como una institución de la dispensación judaica, pero el Registro Sagrado declara que fue instituido más de dos milenios antes de que naciera el primer israelita (un descendiente de Jacob - Israel).

Además tenemos la palabra de Jesús que declara: "El día de reposo fue hecho por causa del hombre" (Marcos 2: 27), lo que indica claramente que esta institución no sólo fue ordenada para los judíos sino también para toda la humanidad.