EL DIOS QUE YO CONOZCO

02 julio

Génesis 3:10-12 La mujer que me diste por compañera

"Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (Génesis 3: 10-12).

La mujer que me diste
Dios formuló una pregunta que revelaba su conocimiento de la transgresión de Adán y tenía el propósito de despertar dentro de él una convicción de pecado.

La respuesta de Adán fue una tortuosa y evasiva excusa por su confusión, lo que significaba una acusación contra Dios. Así había cambiado el carácter de Adán en él corto intervalo desde que entró en la senda de la desobediencia.

El hombre que sentía un cariño tan tierno por su mujer como para violar a sabiendas la orden de Dios a fin de que no fuera separado de ella, ahora habla de ella con antipatía fría e insensible como "la mujer que me diste por compañera":

"¿Por qué creaste la mujer? ¿Por qué me la diste por compañera?"

Sus palabras recuerdan las de los hijos de Jacob que hablaron a su padre en cuanto a José como "tu hijo" (Génesis 37: 32; cf. Lucas 15: 30). Uno de los amargos frutos del pecado es la dureza de corazón: "sin afecto natural" (Romanos 1: 31).

La insinuación de Adán de que Dios era culpable por su triste condición, al estar atado a una criatura tan débil y seductora, se hunde en las mismísimas profundidades de la ingratitud.