EL DIOS QUE YO CONOZCO

19 junio

Génesis 3:5 Serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios

"Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal" (Génesis 3: 5).

Satanás procedió a dar una razón plausible para la prohibición de Dios. Acusó a Dios de:

(1) Envidiar la felicidad de sus criaturas. En realidad dijo Satanás: "Creedme, no es por temor de que muráis por el fruto de este árbol por lo que os lo ha prohibido, sino por temor de que os convirtáis en rivales de vuestro mismo Amo".

(2) Falsedad. Satanás acusó a Dios de que había mentido cuando dijo que la muerte seguiría al acto de comer del fruto.

Los requisitos de Dios fueron colocados en la luz más horrible y censurable. Satanás trató de confundir la mente de Eva mezclando la verdad con la mentira, a fin de que a ella le resultara difícil distinguir entre las palabras de Dios y las suyas.

La expresión "el día que comáis de él" sonaba como similar a lo que Dios había hablado (cap. 2: 17), como también la frase "sabiendo el bien y el mal". La promesa "serán abiertos vuestros ojos" implicaba una manifiesta limitación de la vista, que podría ser eliminada siguiendo el consejo de la serpiente.

Seréis como Dios
Es correcta esta traducción en vez de "dioses", como aparecía en la versión Reina-Valera antes de la revisión de 1960, pues la palabra 'elohim que está en este pasaje también se halla en los vers. 1, 3 y 5 donde se la ha traducido como "Dios". La traducción correcta es: "Seréis como Dios".

Esto revela ostensiblemente la naturaleza blasfema de las palabras de Satanás y la plena gravedad de su engaño:

"Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14: 12-14).

16 junio

Génesis 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis

"Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis" (Génesis 3: 4).

Si la primera pregunta de Satanás tenía el propósito de despertar la duda -como lo era seguramente-, la declaración que la siguió tenía la apariencia engañosa de una declaración autorizada. Pero dentro de ella, con refinada astucia, se mezclaban la verdad y la mentira.

Ese aserto contradecía la orden explícita de Dios con el énfasis máximo que se puede emplear en hebreo, y que se puede traducir: "Positivamente, no moriréis".

Satanás desafió la veracidad de la orden de Dios con una mentira desembozada. Por esa razón, Cristo con justicia lo llamó padre de toda mentira:

"Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8: 44).

Génesis 3:2, 3 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer

"Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis" (Génesis 3: 2, 3).

Evidentemente, Eva entendió la pregunta en el segundo sentido mencionado, y en vez de apartarse y huir hacia su esposo, dio muestras de vacilación y duda y se mostró dispuesta a discutir más el tema con la serpiente.

Dios declaró: "El día que de él comieres, ciertamente morirás".

Eva cambió esto en: "para que no muráis".

En lugar de la plena seguridad de la pena de muerte que seguiría a la transgresión de la orden, declaró la mujer que podría seguir la muerte a un acto tal.

Las palabras "para que no" -pen- implican alarma íntima ante el pensamiento de jugar con algo que podría resultar fatal, escondida debajo de una apariencia cínica ante la idea de que tal cosa pudiera ocurrir realmente.

La duda y vacilación del lenguaje de Eva, reflejando el de la serpiente, hacen que predomine el temor a la muerte en el motivo de la obediencia antes que un amor inherente hacia su benéfico Creador.

Otro síntoma de la duda despertado en cuanto a la justicia absoluta de la orden de Dios es que Eva no mencionó el nombre del árbol que seguramente conocía. Al hablar de ese árbol en términos generales en cuanto a su ubicación como el "que está en medio del huerto", lo colocó casi en la misma clase con los otros árboles de su hogar edénico.

Génesis 3:1b ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?"

"Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?" (Génesis 3: 1).

Dijo a la mujer
Usando la serpiente como su médium, Satanás halló una oportunidad cuando pudo dirigirse a la mujer que estaba sola. Siempre es más fácil persuadir a un individuo a hacer lo malo cuando se aparta de su medio protector. Si Eva hubiera permanecido con su esposo, su presencia la habría protegido y fuera de duda el relato habría tenido un fin diferente.

Conque Dios os ha dicho
Satanás se dirigió a ella con una pregunta que parecía inocente pero que estaba llena de astucia.

Se ha debatido si esta pregunta debiera traducirse:

(1) "¿Ha dicho Dios realmente: no comeréis de cada árbol del huerto?", con el significado: "¿Hay algunos árboles en el huerto de los cuales no podéis comer?"o

(2) "No comeréis de ningún árbol del huerto".

El hebreo permite ambas traducciones y, por lo tanto, encierra cierta ambigüedad. Satanás tenía el propósito de que sus palabras fueran indefinidas y ambiguas. Su intención era obvia: quería sembrar duda en el corazón de la mujer acerca de la verdadera fraseología y el significado exacto de la orden divina, especialmente acerca de la razón y justicia de una orden tal.

03 junio

Génesis 3:1a Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo

"Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?" (Génesis 3: 1).

La serpiente.
Con la serpiente aparece una nueva figura en la narración, figura que ejerció una tremenda influencia sobre la historia subsiguiente del mundo.

Moisés se aparta de su descripción de las condiciones perfectas del paraíso y va a la historia de la caída, por la cual esta tierra se transformó de un mundo de felicidad, amor y perfección en un mundo de dolor, odio y maldad.

Moisés deja sin mencionar el período bienaventurado del Edén, el tiempo pasado en completa felicidad, en el estudio de la historia natural, en el cuidado del huerto como Dios había ordenado y en diaria comunión con el Creador en las horas frescas del atardecer (Génesis 3: 8).

Astuta, más que todos los animales.
La serpiente es presentada como una criatura más astuta que otros animales. La palabra "astuto", 'arum, se usa en la Biblia unas pocas veces para indicar una tendencia desfavorable de carácter (Job 5: 12; 15: 5), con el significado de ser "diestro" o "hábil"; pero generalmente se la usa en el sentido favorable de ser prudente (ver Proverbios 12: 16, 23; 13: 16; 14: 8, 15, 18; 22: 3; 27: 12).

Este último significado favorable pareciera preferible aquí pues la serpiente era uno de los seres creados que Dios había declarado "bueno", y hasta "bueno en gran manera" (Génesis 1: 25, 31). El mal carácter de las serpientes de hoy es un resultado de la caída y maldición subsiguiente y no una característica de ese animal cuando fue creado.

La objeción de que la serpiente no era un animal verdadero, sino un ser sobrenatural, difícilmente necesita una refutación seria en vista de la declaración explícita de que era, ciertamente, un animal. Sin embargo, todas las Escrituras aclaran ampliamente que la serpiente misma no fue responsable de la caída del hombre sino Satanás:

"Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8: 44).

"Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo... Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11: 3, 14).

"Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies" (Romanos 16: 20).

Con todo, Satanás, en un sentido figurado, ocasionalmente es llamado serpiente porque usó de ella como un medio en su intento de engañar al hombre:

"Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él... Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años" (Apocalipsis 12: 9; 20: 2).

La caída de Lucifer, que había sido primero entre los ángeles del cielo, obviamente precedió a la caída del hombre.

Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte" (Isaías 14: 12, 13).

"En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad" (Ezequiel 28: 13-15).

Génesis 2:25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban

El hombre, al ser creado, llevaba la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el carácter. Sólo Cristo es "la misma imagen" del Padre (Hebreos 1: 3); pero el hombre fue creado a semejanza de Dios.

No necesitaban vestiduras artificiales. Estaban rodeados de una envoltura de luz y gloria, como la que rodea a los ángeles. Mientras vivieron obedeciendo a Dios, este atavío de luz continuó revistiéndolos.

Este versículo, al mismo tiempo que concluye el relato de la creación de un mundo perfecto, introduce los cambios brutales que el mismo sufrirá: "... y no se avergonzaban, pero la serpiente... ".

29 mayo

Génesis 2:24 Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne

"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2: 24).

Dejará el hombre a su padre y a su madre
Las palabras de este versículo no pueden considerarse como una declaración profética de Adán, sino más bien como las palabras de Dios mismo. Son parte de la declaración hecha por Dios acerca de la ceremonia matrimonial.

Estas palabras expresan la más profunda unidad física y espiritual del hombre y la mujer, y presentan la monogamia delante del mundo como la forma de matrimonio establecida por Dios.

Estas palabras no recomiendan el abandono de los deberes filiales y del respeto hacia el padre y la madre, sino que principalmente se refieren a que la esposa ha de ser la primera en el afecto del esposo y que su primer deber es para ella. Su amor por ella ha de exceder, aunque ciertamente no debe desalojar el amor debido a sus padres.

Serán una sola carne
La unión de esposo y esposa se expresa en palabras inconfundibles, existiendo como es en realidad unión de cuerpos, comunidad de intereses y reciprocidad de afectos. Es significativo que Cristo use este mismo pasaje en su vigorosa condenación del divorcio:

"Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?" (Mateo 19: 4, 5).

26 mayo

Génesis 2:23 Será llamada Varona ['ishshah],

"Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona ['ishshah], porque del varón ['ish] fue tomada. Esto es ahora hueso de mis huesos" (Génesis 2: 23).

Adán, reconociendo en ella la compañera deseada, gozosamente le dio la bienvenida como a su desposada y expresó su gozo en una exclamación poética.

Las palabras "esto es ahora" reflejan su agradable sorpresa cuando vio en la mujer el cumplimiento del deseo de su corazón.

La repetición triple de "esto" (como está en el hebreo) vívidamente señala a ella sobre quien -con gozoso asombro- descansaba ahora la mirada de él con la intensa emoción del primer amor.

Instintivamente, o como resultado de una instrucción divina, reconoció en ella una parte de su propio ser. De allí en adelante debía amarla como a su mismo cuerpo, pues al amarla se ama a sí mismo. El apóstol Pablo hace resaltar esta verdad:

"Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama" (Efesios 5: 28).


Será llamada Varona.
El nombre que Adán dio a su recién creada compañera refleja la manera de la creación de ella. La palabra hebrea 'ishshah, "mujer", se forma de la palabra 'ish, "hombre", con la terminación femenina.

La palabra inglesa "woman" (del anglosajón wife-man [esposa-hombre]) tiene una relación similar con la palabra "man". Lo mismo sucede en otros idiomas.