"Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra" (Génesis 2: 5).
Los vers. 4-6 anticipan la creación del hombre descrita en el vers. 7, al detallar brevemente la apariencia de la superficie de la tierra, particularmente con respecto a la vegetación, poco antes de que el ser humano fuera formado en el sexto día de la semana de la creación.
Aquí estaba el paraíso perfecto, pero faltaba alguien "que lo labrara".
Toda la naturaleza vibrante con expectativa, por así decirlo, esperaba la aparición de su rey, así como los miembros de una orquesta sinfónica, con los instrumentos afinados, esperan la llegada de su director.