EL DIOS QUE YO CONOZCO

19 mayo

Génesis 2:19 Y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre

"Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre" (Génesis 2: 19).

El pensamiento expresado por varios expositores bíblicos de que Dios realizó varias tentativas infructuosas para proporcionar al hombre una compañera mediante la creación de varios animales, es una falsa interpretación del propósito de esta parte del relato.

Lo que Moisés registra no es el tiempo, sino sencillamente el acto de la creación de los animales. La inflexión verbal hebrea traducida "formó" en la VVR puede ser traducida correctamente "había formado", refiriéndose así retrospectivamente a los actos creadores del quinto día y del comienzo del sexto. De ahí que la primera parte del versículo se dé a manera de prefacio de lo que sigue inmediatamente.

Las trajo a Adán
Adán debía estudiar esos animales y ocuparse en la importante tarea de darles nombres apropiados, para lo cual necesitaba una comprensión de ellos y de sus hábitos. Esto lo capacitaría o, quizá, demostraría que estaba capacitado para gobernarlos. Al mismo tiempo, conocería la vida familiar de que disfrutaban y advertiría su propia falta de compañía.

Reconociendo también que Dios lo había creado infinitamente superior a los animales, comprendería que no podía elegir una compañera de entre ellos. Para que la formación de la mujer respondiera plenamente al propósito del Creador, Adán debía percibir que no estaba completo y debía sentir su necesidad de compañía. En otras palabras, que "no" era "bueno" que permaneciera solo.