"Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto" (Génesis 1: 31).
La creación del hombre y su instalación como gobernante de la tierra pusieronf in a la creación de todas las cosas terráqueas. De acuerdo con el registro, Dios frecuentemente había repasado su obra y la había declarado buena (vers. 4, 10, 12, 18, 21, 25).
La creación del hombre y su instalación como gobernante de la tierra pusieronf in a la creación de todas las cosas terráqueas. De acuerdo con el registro, Dios frecuentemente había repasado su obra y la había declarado buena (vers. 4, 10, 12, 18, 21, 25).
El examen realizado al fin del sexto día abarcó todas las obras completadas durante los días anteriores, "y he aquí que era bueno en gran manera".
Cada cosa era perfecta en su clase; cada ser respondía a la meta fijada por el Creador y estaba aparejado para cumplir el propósito de su creación.
La aplicación del término "bueno" a cada cosa que Dios había hecho y la repetición de la palabra con el énfasis "en gran manera" al fin de la creación, con el hombre como su corona y gloria, indican que nada imperfecto había salido de las manos de Dios.
Esta expresión de admiración excluye enteramente la posibilidad de que cualquier imperfección de lo creado fuera responsable de la debilidad demostrada por Adán y Eva durante la hora de la tentación.
Y fue la tarde y la mañana el día sexto